Asombro o pasmo
Un caos total. Así finalizó la quinta etapa del Giro de Italia conquistada por el tren del Alpecin-Fenix, personalizado en Kaden Groves. Caídas múltiples y un día de perros, nunca mejor dicho, han sido las razones que han llevado a calificar de caos la etapa con final en Salerno.
Un perro quiso atravesar la carretera al mismo tiempo en que el pelotón cruzaba por delante, con el infortunio de tirar al suelo a Remco Evenepoel quien, de improviso, comprobó cómo perdía, por unos instantes, el control de su bicicleta y de la carrera. Por suerte, solo le supuso unos golpes y un aturdimiento por el susto. Son los imponderables de una carrera de tres semanas. Circunstancias fuera de todo control que pueden dar al traste con meses de preparación.
En pocos días se afrontará el primer fin de semana, con dos citas de obligada asistencia por parte del aficionado. El Gran Sasso de Italia y la contrarreloj más larga que se recuerda en los últimos tiempos en un Giro. Treinta y cinco kilómetros de planicie que tienen visos de ser una catapulta de diferencias para el gran favorito hasta el momento, Evenepoel.
Después de verle rodar a más de 55 kms/ h y obtener una diferencia de más de 47 segundos ante quien ostenta la consideración de ser el campeón olímpico en la disciplina de la lucha individual contra el tiempo, Primoz Roglic, se hace difícil imaginar otro escenario que no sea una nueva exhibición imperial del joven talento belga.
Evenepoel está en modo Merckx. No perdona ni los sprints intermedios. Todo le sirve con tal de minar la fortaleza psicológica de Roglic. El esloveno no se lo pondrá fácil. Si existe un corredor en el pelotón experimentado en sobreponerse y con credenciales sobresalientes de resiliencia es el esloveno. La experiencia y el impulso febril, con ribetes de osadía juvenil, se enfrentan también en esta corsa rosa recién estrenada.
No están solos la pareja señalada. O sí. A tenor de los compañeros de equipo de que disponen, bien se podría decir que el talón de Aquiles de Evenepoel y Roglic es la debilidad de colegas de entidad para los momentos claves de la carrera. Lo vimos en Lago Laceno, y por el contrario, se visualizó un hasta el momento discreto y calculador Ineos Grenadier con hombres muy bien situados en la general.
Lo mismo se puede decir del equipo de Joao Almeida. El UAE Emirates tiene a Diego Ulissi en un formidable estado de forma. Es italiano, y no desdeñen a un italiano con opciones cuando se rueda el Giro de Italia. Además, hay ansias de victoria en Italia. Empiezan a ser demasiados los años de sequía. La nueva generación de corredores ha empezado a sacar cabeza en los primeros compases de la carrera, y con la llegada de la montaña, el desfile de “ corredores” emergerá de sus cenizas. Así está la carrera; abierta, caótica e imprevisible. Las dudas y las incertidumbres no hacen sino enriquecerla. Ante tanta expectativa solo caben dos posibilidades: asombro o pasmo.